martes, 23 de octubre de 2012
El Barrio
El barrio sigue siendo el barrio. Hay algo indescifrable en el aire que te abraza cuandos estás allí. El aroma de los plátanos se mezcla con su sombra al atardecer dejando que el sol haga pequeños guiños a los paseantes. Porque en el barrio se pasea... no sé porqué, es la costumbre. Se pasea por la fronda y por las calles, y porque sí, lentamente, disfrutandolo, como el eterno compañero que es. G.A.
martes, 4 de septiembre de 2012
Invictus
"Más allá de la noche que me cubre,
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma."
William Ernest Henley
jueves, 30 de agosto de 2012
La Taza de Té
“Nan-in era un Maestro Zen japonés de
la era Meiji admirado por su prudencia y por su sencillez. Muchos jóvenes acudían a visitar al Maestro a su
jardín. Esto intrigó a un prestigioso profesor universitario, y decidió ir a
visitarlo.
El profesor se hizo anunciar con
antelación, haciendo saber que no disponía de mucho tiempo, pues tenía que
regresar a sus importantes tareas en la universidad.
Al llegar, saludó al Maestro y, sin
más preámbulos, le preguntó por el camino del Zen. Nan-in le ofreció una
taza de té y se la sirvió con toda la calma del mundo. Cuando la taza del
profesor ya estaba llena, el Maestro siguió vertiéndo el té. Cuando el profesor
vio que el té se derramaba exclamó:
- ¿Pero no se da cuenta de que está completamente llena? ¡Ya no cabe ni una gota más!
- Al igual que esta taza, – respondió Nan-in con una amable sonrisa -, usted está lleno de sus opiniones. ¿Cómo podría mostrarle lo que es el camino del Zen si primero no vacía su taza?
Furioso, el profesor se levantó. Y con una mera
inclinación de cabeza se despidió sin decir palabra.
Mientras el Maestro limpiaba el té desparramado,
un joven se acercó para ayudarle.- ¿Pero no se da cuenta de que está completamente llena? ¡Ya no cabe ni una gota más!
- Al igual que esta taza, – respondió Nan-in con una amable sonrisa -, usted está lleno de sus opiniones. ¿Cómo podría mostrarle lo que es el camino del Zen si primero no vacía su taza?
- Maestro, ¡cuánta suficiencia! Qué difícil debe ser para los letrados comprender la sencillez del Zen.
- No menos que para muchos jóvenes que llegan cargados de ambición y no se han esforzado por cultivar las disciplinas del estudio. Al menos, los estudiosos ya han hecho una parte del camino y tienen algo de lo que desprenderse.
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