"El viaje sólo es el viaje hacia el interior"
Rilke

jueves, 6 de noviembre de 2014

A tí, oscuridad














A ti, oscuridad de la que vengo,
te amo más que a la llama
que delimita el mundo
y brilla sólo
en el centro del círculo,
afuera del cual nadie sabe salir.

Pero esa oscuridad todo lo abarca:
formas, llamas, animales, y a mí mismo,
y todo lo arrebata,
hombres y poderes…

Y puede ser: una inmensa fuerza
cerca de mí se agita.

Creo en las noches.
                                                  R. M. Rilke

miércoles, 21 de mayo de 2014

Rendez-vous



Otra vez estas aquí. 
Me acomodo a tu presencia intermitente y respiro hondo tu aroma, como queriendo contener en mis pulmones la emoción de los días. 
Mi piel erizada se llena de ti y un regusto salado me hace pasar la lengua por los labios cuando despiertan. 
¿Cuanto hacía desde la última vez? El eco de nuestra historia me abraza con tu cadencia y, al abrigo de tu mano tenue, dibuja en colores pastel los hoyitos de la arena. 
Me dejo llevar y sigo tu juego, hipnotizado por tus relatos de aventuras, de lugares exóticos y de sirenas perdidas; y de historias de amor contadas al calor de la lumbre. 
Apenas puedo articular palabra cuando me muestras tu tesoro iluminado... Ahora lo entiendo, me has traído aquí para esto. 
Mis ojos pugnan por mantenerse abiertos, por retener tu imagen, por atrapar ese brillo que les desborda resbalando por las mejillas. 
Me dejo caer, abriendo los brazos. 
Quiero un abrazo grande. 
Hundo en ti mis manos con gratitud y me lleno de ti. 
De nuevo tu aroma me recorre el cuerpo. 
No existe el tiempo. 
Es un instante eterno… y empiezas  tu danza. 
A mi alrededor comienzas a aparecer en remolinos violeta..., y me acaricias, levemente…, lo justo para notar que estas ahí. 
No existe el tiempo.
Poco a poco, la sensación tibia de tu abrazo anuncia tu adiós. Abro de nuevo los ojos para retenerte, y tu pelo se va tornando cobrizo, claro, luminoso.
Mientras te alejas me devuelves la mirada cómplice, y yo asiento… 
Sé que volverás.

G.A.

martes, 14 de enero de 2014

Él desea las telas del cielo



Si tuviese yo las telas bordadas del cielo,
recamadas con luz dorada y plateada,
las telas azules y las tenues y las oscuras
de la noche y la luz y la media luz,
extendería las telas bajo tus pies:
Pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
he extendido mis sueños bajo tus pies;
pisa suavemente, pues pisas mis sueños.
 


                                                          W.B. Yeats

Gracias Merche