martes, 4 de septiembre de 2012
Invictus
"Más allá de la noche que me cubre,
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma."
William Ernest Henley
jueves, 30 de agosto de 2012
La Taza de Té
“Nan-in era un Maestro Zen japonés de
la era Meiji admirado por su prudencia y por su sencillez. Muchos jóvenes acudían a visitar al Maestro a su
jardín. Esto intrigó a un prestigioso profesor universitario, y decidió ir a
visitarlo.
El profesor se hizo anunciar con
antelación, haciendo saber que no disponía de mucho tiempo, pues tenía que
regresar a sus importantes tareas en la universidad.
Al llegar, saludó al Maestro y, sin
más preámbulos, le preguntó por el camino del Zen. Nan-in le ofreció una
taza de té y se la sirvió con toda la calma del mundo. Cuando la taza del
profesor ya estaba llena, el Maestro siguió vertiéndo el té. Cuando el profesor
vio que el té se derramaba exclamó:
- ¿Pero no se da cuenta de que está completamente llena? ¡Ya no cabe ni una gota más!
- Al igual que esta taza, – respondió Nan-in con una amable sonrisa -, usted está lleno de sus opiniones. ¿Cómo podría mostrarle lo que es el camino del Zen si primero no vacía su taza?
Furioso, el profesor se levantó. Y con una mera
inclinación de cabeza se despidió sin decir palabra.
Mientras el Maestro limpiaba el té desparramado,
un joven se acercó para ayudarle.- ¿Pero no se da cuenta de que está completamente llena? ¡Ya no cabe ni una gota más!
- Al igual que esta taza, – respondió Nan-in con una amable sonrisa -, usted está lleno de sus opiniones. ¿Cómo podría mostrarle lo que es el camino del Zen si primero no vacía su taza?
- Maestro, ¡cuánta suficiencia! Qué difícil debe ser para los letrados comprender la sencillez del Zen.
- No menos que para muchos jóvenes que llegan cargados de ambición y no se han esforzado por cultivar las disciplinas del estudio. Al menos, los estudiosos ya han hecho una parte del camino y tienen algo de lo que desprenderse.
lunes, 19 de septiembre de 2011
La estrella de mar
Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; en una enorme playa virgen donde tenía una casita y donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una mañana mientras paseaba a orillas
del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como
si estuviera bailando. Al acercarse vio que era una niña que se
dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al
mar.
El hombre le preguntó a la niña qué estaba haciendo. Esta le contestó:
– “Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán”.
Dijo entonces el escritor:
-” Pero esto que haces no tiene sentido, primero, es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas”.
El hombre le preguntó a la niña qué estaba haciendo. Esta le contestó:
– “Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán”.
Dijo entonces el escritor:
-” Pero esto que haces no tiene sentido, primero, es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas”.
La niña miró fijamente al escritor,
cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de
las olas y exclamó ” para ésta… sí tiene sentido”.
El escritor se marchó un tanto
desconcertado, no podía explicarse una conducta así. Esa tarde no tuvo
inspiración para escribir y en la noche no durmió bien, soñaba con la niña y las estrellas de mar por encima de las olas.
A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó a la niña y la ayudó a salvar estrellas…las estrellas de mar.
A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó a la niña y la ayudó a salvar estrellas…las estrellas de mar.
Cuento sufí
domingo, 24 de julio de 2011
El amenazado
Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Jorge Luis Borges
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
miércoles, 6 de julio de 2011
La aureola azul
En la roca de esmeraldas que imagina,
el anciano defiende su aureola.
Con diecisiete años, le dijo que era azul
una mujer del norte
y le advirtió que nunca la perdiera.
Vendrán las nubes que ensombrecen
las buenas intenciones
y formas de pensar como naufragios.
Te dejarás caer por levantarte,
te ocultarás por miedo.
El viento dispondrá tus verdaderos gestos
y el paso de los otros tu destino.
No serás lo que creías,
tu rostro mostrará las simas de tu alma,
traducirás tu ruina,
enfangarás tus sueños con tus dudas.
Pero nunca descuides la aureola,
no dejes que se extinga
ni cuentes que fue azul en un poema.
domingo, 3 de julio de 2011
COMO TÚ
Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...
León Felipe
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...
León Felipe
sábado, 4 de junio de 2011
SOÑAR CONTIGO
Dejame esta noche soñar contigo,
dejame imaginarme en tus labios los míos,
dejame que te me crea que te vuelvo loca,
dejame que yo sea quien te quite la ropa,
Dejame que mis manos rocen las tuyas,
dejame imaginarme en tus labios los míos,
dejame que te me crea que te vuelvo loca,
dejame que yo sea quien te quite la ropa,
Dejame que mis manos rocen las tuyas,
dejame que te tome por la cintura,
dejame que te espere aunque no vuelvas,
dejame que te espere aunque no vuelvas,
dejame que te deje tenerme pena.
Si algún día diera con la manera de hacerte mía
Si algún día diera con la manera de hacerte mía
siempre yo te amaría como si fuera siempre ese día.
Que bonito seria jugarse la vida, probar tu veneno,
que bonito seria arrojar al suelo la copa vacía.
Dejame presumir de ti un poquito,
Dejame presumir de ti un poquito,
que mi piel sea el forro de tu vestido,
dejame que te coma solo con los ojos,
dejame que te coma solo con los ojos,
con lo que me provocas, yo me conformo.
Si algún día diera con la manera de hacerte mía,
siempre yo te amaría como si fuera siempre ese día.
Que bonito seria jugarse la vida, probar tu veneno,Si algún día diera con la manera de hacerte mía,
siempre yo te amaría como si fuera siempre ese día.
que bonito seria arrojar al suelo la copa vacía
Dejame esta noche ... SOÑAR CONTIGO.
jueves, 19 de mayo de 2011
Deriva
Me desangré hacia el río aquella tarde
entre rosadas copas
- sueños adolescentes de la tierra -
y resplandor fragante de aromitos.
Descendí
hacia los brillos del agua,
diluyéndome
en las lilas nieblas lejanas
sobre las islas distantes.
No te dije nada.
Nunca sabrás
qué puertas se cerraron
con sigilo.
Aurora Bianchi
martes, 22 de marzo de 2011
LOS AMIGOS
En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.
Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote entre tanto remolino.
Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.
Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.
Julio Cortázar
jueves, 17 de marzo de 2011
lunes, 20 de diciembre de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
EL MAR

Necesito del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.
Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,
incesante viento, agua y arena...
Pablo Neruda
jueves, 12 de agosto de 2010
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